El maquillaje es sospechoso siempre.
Tú, recién levantada de la cama,
sin nada que no sea tu glorioso
cuerpo gastado por las decepciones
y por los desengaños, pero erguido
como un árbol al viento de la vida
que se lo lleva todo por delante:
esa es mi religión, esa es la única
visión de lo sagrado que conozco.
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