El poeta se apea de tu mirada - Raquel Lanseros
(Ilustración de Pablo Auladell, recita José Luis Rico)
Entre un pecho y la bala que lo busca
hay la misma distancia
que existe entre los dedos y el gatillo.
La muerte no se mide por pulgadas.
En la tarde, la niebla tiene forma de adiós.
Ella está sola al lado de la vía.
Mira el tren que se aleja
cada vez más pequeño, cada vez más lejano,
igual que una canción envejecida.
Puede extender la mano contra el sol del oeste.
En ese instante, el tren
le cabe entre dos dedos.
Entonces piensa: Éste es el tamaño
exacto de mi vida.
Ella sigue mirando a través del poniente,
inmóvil como el tiempo de los ejecutados.
Trata de calcular la lejanía
que existe entre sus sueños
y ella misma.
En medio del andén, detenida en el tiempo,
una mujer aprende que marcharse
es una nueva forma de seguir estando
siempre en algún lugar.
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